Patrón oculto: Un innovador análisis desvela que una Supertormenta Solar ocurre con una probabilidad de 25 años
Ilustración NASA |
Investigadores de la Universidad de Warwick y el British Antarctic Survey, análizaron de los últimos 150, mostrando que las tormentas espaciales "severas" ocurrieron en 42 años de dichos 150, y las "grandes" supertormentas solares ocurrieron en 6 años. Lo que supone que se produce una supertormenta, lo suficientemente grande como para causar una interrupción nuestros sistemas electrónicos y redes de comunicaciones, de promedio una vez cada 25 años.
El resultado fue posible gracias a una nueva forma desarrollada por la Universidad de Warwick de analizar los datos históricos de los últimos 14 ciclos solares (un ciclo solar dura aproximadamente 11 años). Esto supone remontarse en el tiempo mucho antes de que comenzara la era espacial en 1957, en lugar de lo que se hacía hasta ahora de analizar sólo los últimos cinco ciclos solares, lo que corresponde con las mediciones tomadas en el espacio.
Este nuevo análisis muestra que las tormentas magnéticas "severas" ocurrieron en 42 de los últimos 150 años, y las "grandes" supertormentas ocurrieron en 6 de los 150. Por lo general, una tormenta solar puede durar solo unos pocos días. Hace 150 años apenas tendría algún efecto, la tecnología fundamentada en la electricidad estaba en sus inicios; pero hoy en día pueden ser muy dañinas para nuestra civilización donde la electricidad, los satélites y las comunicaciones globales son esenciales desde nuestra vida diaria cuando nos conectamos a Internet hasta para las transacciones comerciales mundiales. Las supertormentas pueden causar apagones, apagar satélites, interrumpir la aviación y causar una pérdida temporal de las señales de GPS y las comunicaciones de radio.
La autora principal, la profesora Sandra Chapman, del Centro de Fusión, Espacio y Astrofísica de la Universidad de Warwick, dijo: “Estas supertormentas son eventos raros, pero estimar su probabilidad de ocurrencia es una parte importante de la planificación del nivel de mitigación necesario para proteger la infraestructura nacional crítica. La investigación propone un nuevo método para abordar los datos históricos, para proporcionar una mejor imagen de la posibilidad de ocurrencia de súper tormentas y qué actividad de supertormentas es probable que veamos en el futuro".
La tormenta de Carrington de 1859 es ampliamente reconocida como la supertormenta más grande registrada, pero es anterior incluso a los datos utilizados en este estudio. El análisis dirigido por el profesor Chapman estima la amplitud que se necesitaría para estar en la misma clase que las otras supertormentas y, por lo tanto, con una posibilidad de ocurrencia que se pueda estimar.
El profesor Richard Horne, que dirige el Clima espacial en el British Antarctic Survey, dijo: “Nuestra investigación muestra que una súper tormenta puede ocurrir con más frecuencia de lo que pensábamos. No se deje engañar por las estadísticas, puede suceder en cualquier momento, simplemente no sabemos cuándo y en este momento no podemos predecir cuándo".
El clima espacial está impulsado por la actividad del sol. Las tormentas más pequeñas son comunes, todos los meses hay alguna, pero ocasionalmente ocurren tormentas más grandes que pueden tener un impacto significativo.
Una forma de monitorear este clima espacial es observando los cambios en el campo magnético en la superficie de la tierra. Las observaciones de alta calidad en múltiples estaciones han estado disponibles desde el comienzo de la era espacial (1957). El sol tiene un ciclo de actividad de aproximadamente 11 años que varía en intensidad y esta información, que ha sido ampliamente estudiada, cubre solo cinco ciclos de actividad solar.
Si queremos una mejor estimación de la posibilidad de que ocurran las tormentas espaciales más grandes durante muchos ciclos solares, debemos retroceder más en el tiempo. El índice geomagnético aa se deriva de dos estaciones en los extremos opuestos de la Tierra (en el Reino Unido y Australia) para cancelar el propio campo de fondo de la Tierra. Esto se remonta a más de 14 ciclos solares o 150 años, pero tiene una resolución pobre.
Un ejemplo de gran tormenta solar de las más antiguas registradas en este análisis es la de 1989 que causó un apagón importante en Quebec. En 2012, la Tierra evitó por poco los problemas cuando una eyección de masa coronal del Sol no acertó con la Tierra y se fue en otra dirección. Según las mediciones por satélite, si hubiera golpeado la Tierra, habría causado una súper tormenta, y en 2012 la importancia de la electricidad en nuestra vida era muchísimo mayor que lo que sucedía en 1989.
Ese año del 2012 el clima espacial se incluyó en el Registro Nacional de Riesgos del Reino Unido y se actualizó en 2017 con una recomendación para una mayor inversión para mejorar los pronósticos.
FUENTE: Universidad de Warwick
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