Descubren hongos en la central nuclear de Chernóbil que prosperar con la radiación y comen materiales contaminados

Central nuclear de Chernóbil en la actualidad. -Imagen Wikipedia.-

La clave del éxito de varias especies de hongos encontradas en Chernóbil está en su melanina. Son capaces de descomponer el material radiactivo. Los investigadores afirman que podrían ser perfectos para cultivar en el espacio o en las bases lunares. 

La revista científica Nature publica un descubrimiento que nos demuestra, una vez más, la gran capacidad de la vida para adaptarse a los ambientes más extremos.

En 1986 estalló la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania, aunque en ese momento todavía era parte de la Unión Soviética. Según el informe presentado en 2005 del Fórum de Chernóbil (en el que participan entre otros el OIEA, la Organización Mundial de la Salud y los gobiernos de Bielorrusia, Rusia y Ucrania) estimó el accidente mató directamente a 31 trabajadores; y después con el paso del tiempo y en función de la cantidad de radiación recibida, fallecieron unas 4000 personas más. Esta es la cifra más prudente, hay otras, ya que en total, fueron 600.000 personas las que recibieron altas dosis de radiación y con el paso del tiempo es difícil evaluar hasta donde está implicada la radiación en el desarrollo de cánceres.

La radiación es mortal o altera la vida tanto de humanos como de la mayoría de seres vivos; pero hay seres más resistentes que otros y existen algunos que no sólo son muy resistentes, además parece que les encanta la radiación, como los hongos negros descubiertos entre las ruinas de la central nuclear.

Las investigadoras Dadachova, Casadevall y sus colegas comprobaron cómo tres especies diferentes de hongos respondían a la radiación gamma del renio 188 y el tungsteno 188. Descubriendo que los tres, Cladosporium sphaerospermum, Cryptococcus neoformans y Wangiella dermatitidis, crecen más rápido en presencia de la radiación. Los resultados se publicaron en la revista científica "PLoS One".

Es más, estos hongos pueden descomponer el material radiactivo, como el grafito caliente de los restos del reactor de Chernóbil. Y aquí viene una parte curiosa, porque los humanos tenemos algo en común con estos superhongos, ya que los hongos son negros porque tienden a producir el pigmento llamado melanina, que los investigadores creen que los protege del ambiente extremo y que además les ayuda a realizar sus reacciones metabólicas. La melanina es el mismo pigmento que tenemos en la piel y que se activa cuando tomamos el Sol poniéndonos morenos, y de esta forma protege nuestra piel de los efectos dañinos de la radiación solar.

El hallazgo puede por un lado ayudarnos a tratar los residuos nucleares. Por otro lado, según planeta Arturo Casadevall, también abre la posibilidad de que los astronautas ya sea en las bases en la Luna, estación espacial o en los largos viajes espaciales, puedan cultivar estos hongos como alimento sin importar que sean ambientes con gran radiación. Sin embargo, abría que corregir algunos aspectos ya que según declaró el investigador: “los hongos no son particularmente apetitosos: se parecen al moho que encontraríamos en una cortina de ducha sucia.”

FUENTES
Artículo revista “Nature”: https://www.nature.com/news/2007/070521/full/news070521-5.html#B1
Artículo científico: “Radiación ionizante: cómo los hongos hacen frente, se adaptan y expanden con la ayuda de la melanina” ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2677413/

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