La NASA muestra impresionantes imágenes desde el espacio de la erupción del volcán Raikoke en las Kuriles, Rusia

Imagen del satélite Suomi NPP. -Foto NASA.-

La NASA publica unas espectaculares imágenes de la erupción del volcán Raikoke, situado en las Islas kuriles, que pertenecen a Rusia. Las Kuriles son un archipiélago que se extiende entre Japón al Sur y la volcánica península de Kamchatka. a pequeña isla de 4,6 kilómetros cuadrados explotó en 1778 y 1924.

El Raikoke no es tan activo como sus vecinos norteños de Kamchatka, suele estar muy tranquilo y rara vez entra en erupción, pero cuando se despierta se desata el infierno, la pequeña isla que de momento tiene 4,6 kilómetros cuadrados explotó en 1778 y 1924.

El pasado 22 de junio despertó emitiendo una gran cantidad de cenizas y gases volcánicos desde su cráter de 700 metros de ancho. Se han tomado imágenes desde satélites, así como los astronautas en la Estación Espacial Internacional que son los que sacaron esta primera imagen que vemos de la mañana del 22 de junio. En ella vemos como una gruesa nube o pluma de ceniza se elevó para luego dirigirse hacia el este, arrastrada por los vientos de una tormenta en el Pacífico Norte.

El espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS) instalado en el satélite Terra de la NASA tomó la segunda imagen también en la mañana del 22 de junio. En ese momento, la ceniza más concentrada estaba en el borde occidental de la nube.

La tercera imagen, es una vista compuesta oblicua basada en datos de la Suite de Radiómetro de Imagen de Infrarrojo Visible (VIIRS) en Suomi NPP, muestra el penacho unas horas más tarde. Después de una oleada inicial de actividad que incluyó varios pulsos explosivos distintos, la actividad disminuyó y fuertes vientos esparcieron las cenizas a través del Pacífico. Al día siguiente, solo un débil resto de la ceniza permanecía visible para MODIS.

Pero las imágenes no se toman sólo por su espectacularidad, las cenizas volcánicas contienen fragmentos afilados de roca y vidrio volcánico, que representa un grave peligro para los aviones. Por ello desde Japón se está siguiendo como mucha atención la erupción y sus consecuencias; ya han emitido varias notas a los aviadores alertando de los riesgos e informando de que las cenizas habían alcanzado una altitud de 13000 metros. Mientras tanto, los datos del satélite CALIPSO indican que partes del penacho pueden haber alcanzado ya los 17.000 metros de altura.

Los vulcanólogos observan de cerca las plumas que llegan a la estratosfera porque tienden a permanecer en el aire durante más tiempo que las que permanecen dentro de la troposfera, que es la parte de la atmósfera que llega hasta los 10.000 metros, donde vivimos y la más afectada por los fenómenos atmosféricos como la lluvia y viento, lo que hace que las plumas volcánicas se dispersen o caigan arrastradas por la lluvia. Pero si las columnas de cenizas volcánicas suben más y llegan a la estratosfera pueden tener mayores efectos sobre las rutas de los aviones y también el clima.

Fuente: Nota de prensa de la NASA

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