La desintegración del Sistema Solar: Júpiter y Saturno sobrevivirán al Sol expandido pero “no escaparán ilesos”


A medida que el Sol evoluciona, se convertirá en una estrella gigante roja, creciendo en tamaño hasta que haya engullido los planetas interiores. Los planetas exteriores sobrevivirán a esta evolución, pero no escaparán ilesos, los cambios serán radicales y el Sistema Solar se terminará descomponiendo.

Estudiar el probable destino del Sistema Solar es "una de las búsquedas más antiguas de la astrofísica, que se remonta al mismo Newton", es en definitiva la búsqueda del fin de los tiempos o por lo menos del tiempo de nuestro mundo. Aunque llegar a una respuesta científica es complicada, hay que resolver las interacciones dinámicas entre muchos cuerpos, y a un plazo de miles de millones de años, lo que supone un problema notoriamente difícil.

Además, no es solo la dinámica de los objetos aparentemente inmutables lo que debe tenerse en cuenta. El Sol evolucionará dramáticamente a medida que envejece y sale fuera de la secuencia principal (que sería comparado con la vida de un humano al periodo de madurez), y esto supondrá que aumentará hasta un tamaño que envuelve las órbitas de Mercurio, Venus y la Tierra, expulsado sus capas exteriores con lo que perderá casi la mitad de su masa durante los próximos 7 mil millones de años al final de los cuales lo que quede del Sol se concentrará en un cadáver estelar conocido como enana blanca.

Según una publicación reciente dirigida de Jon Zink (Universidad de California en Los Ángeles), los planetas exteriores sobrevivirán a esta evolución, pero no escaparán ilesos: dado que la atracción gravitacional de la masa del Sol es lo que gobierna las órbitas de los planetas, la pérdida de peso de nuestro Sol hará que los planetas exteriores se alejen aún más, debilitando su atadura al Sistema Solar.

¿Qué pasa después? 

Zink y sus colaboradores interpretan el escenario utilizando una serie de simulaciones numéricas de N cuerpos. Las simulaciones de los autores exploran lo que sucede con nuestros planetas exteriores después de que el Sol consume los planetas interiores, pierde la mitad de su masa y comienza su nueva vida como una enana blanca. Zink y sus colaboradores muestran cómo los planetas gigantes migrarán hacia afuera en respuesta a la pérdida de masa del Sol, formando una configuración estable en la que Júpiter y Saturno se asientan en una resonancia de movimiento medio de 5: 2: Júpiter orbitará cinco veces por cada dos órbitas de Saturno.

Pero el Sistema Solar no existe de forma aislada; hay otras estrellas en la galaxia, y una de ellas pasa cerca de nosotros aproximadamente cada 20 millones de años. Zink y sus colaboradores incluyen los efectos de estas otras estrellas en sus simulaciones. Demuestran que dentro de unos 30 mil millones de años, los sobrevuelos estelares habrán perturbado nuestros planetas exteriores lo suficiente como para que la configuración estable se vuelva caótica, lanzando rápidamente a la mayoría de los planetas gigantes fuera del sistema solar.

El último planeta en pie se quedará por un tiempo más. Pero dentro de 100 mil millones de años, incluso este último planeta restante también será desestabilizado por sobrevuelos estelares y expulsado del sistema solar. Después de su desalojo, los planetas gigantes deambularán independientemente por la galaxia, uniéndose a la población de planetas que flotan libremente sin anfitriones.

El destino de nuestro querido Sistema Solar es desolador y muy triste. La combinación de pérdida de masa solar y sobrevuelos estelares conducirá a la completa disolución del sistema solar, según estas simulaciones. ¿Las buenas noticias? Este destino está a muchos miles de millones de años en el futuro, por lo que no necesita perder el sueño por ello.

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