Imágenes del Hubble: Urano se vuelve blanco y en Neptuno se forman enormes tormentas

A la izquierda Urano donde es verano en el hemisferio norte. A la derecha Neptuno donde es verano en su hemisferio Sur
Créditos: NASA, ESA, A. Simon (NASA Goddard Space Flight Center), y MH Wong y A. Hsu (Universidad de California, Berkeley)
El telescopio espacial Hubble de la NASA/ESA captó imágenes de Neptuno y de Urano. En concreto esta imagen de Urano fue tomada con la Cámara de Campo Amplio en noviembre de 2018, y en ella podemos ver la enorme boina blanca que forman las nubes sobre el Polo Norte del planeta.

Los científicos creen que esta curiosa característica es el resultado de la extraña y única forma en la que rota Urano. A diferencia de todos los demás planetas del sistema solar, Urano está inclinado casi de lado. Se cree que fue producto del choque con otro planeta hace miles de millones de años. Debido a esta inclinación extrema, durante el verano del planeta, el Sol brilla casi directamente sobre el polo norte y no se pone nunca. Urano se está acercando a la mitad de la estación veraniega y boina blanca se puede ver más intensa.

Pero cuidado futuros uranianos, el invierno se acerca y es muy largo, si en el mundo ficticio de Juego de Tronos el invierno podía durar varios años, en Urano dura decenios. Cada polo en Urano recibe alrededor de 42 años de luz solar ininterrumpida, seguidos por 42 años de oscuridad.

Y si Urano se vuelve blanco en verano, en Neptuno se forman enormes tormentas. En el planeta, de momento más lejano del Sistema Solar, es verano en su hemisferio sur. Y el Hubble captó una enorme tormenta oscura, que se ve en la parte superior central junto a brillantes regiones de nubes blancas. Apareciendo durante el verano del sur del planeta, la característica es el cuarto y último misterioso vórtice oscuro capturado por el Hubble desde 1993. La nave espacial Voyager 2 descubrió otras dos tormentas oscuras en 1989 mientras volaba por el remoto planeta. Desde entonces, solo el Hubble ha tenido la sensibilidad en la luz azul para rastrear estas características difíciles de detectar, que aparecen y se desvanecen rápidamente. Un estudio dirigido por la Universidad de California, Berkeley, el estudiante universitario Andrew Hsu estimó que las manchas oscuras aparecen cada cuatro o seis años en diferentes latitudes y desaparecen después de unos dos años.

Es una tormenta superficial; pero a más profundidad, a unos 7000 km de la capa de nubes, los científicos han calculado que se dan las condiciones ideales de temperatura y presión para que se produzca un fenómeno extraordinario, la descomposición del metano, que recordemos está compuesto de un átomo de carbono y 4 de hidrógeno. Al descomponerse el carbono no se queda sólo, se une a otros átomos de carbono y crea cristales de diamante que literalmente llueven hacia capas más profundas del planeta. Un fenómeno que según los cálculos también se puede dar en Urano, Júpiter y Saturno.

Las lluvias de diamantes quizás sean un fenómeno común en los gigantes gaseosos helados; y aunque nos suene extraordinario, es posible que para seres de otros mundos lo extraordinario sea que el vapor de agua se condense para formar gotas de lluvia. ¡Un planeta donde llueve agua!; puede que sea uno de los lugares más extraños del Universo. De momento en el Sistema Solar planetas donde pueden llover diamantes hay cuatro; pero sólo uno donde llueve agua.

Antonio R. D.

Más información: Nota de prensa de la NASA.

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